Las obras de Alberto Baraya y Javier
Morales son observadas como un conjunto de acciones en torno a la sospecha, en
tanto sus operaciones plásticas cuestionan los sistemas de representación de la
naturaleza y la percepción de lo real. Estos cuerpos de trabajo en los que
proliferan animales salvajes y domésticos rompen con la linealidad de la
historia y sus formas de ser contada. Las intervenciones y yuxtaposiciones que
construyen las superficies pictóricas guardan la traza de encuentros, viajes y
memorias, e imágenes que se van mezclando con referencias que a su vez
modifican sus archivos y colecciones. la curaduria fue de Liliana Sánchez.
La exposición se puede visitar en la sede de la Cámara de Comercio de Chapinero (calle 67 # 8-32, piso -1) hasta el 14 de junio.
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