domingo, 28 de octubre de 2018

ART CHICÓ: UN PASO MÁS.

Jesús Olarte Director
Feria Art Chicó
Han trascurrido cuatro años  desde que yo reseñaba el nacimiento de una nueva feria de arte para  Bogotá el 4 de octubre del  2015 llamada Art Chicó.  Son  cuatro años donde  la feria  ha procurado  crecer y posicionarse  dentro del ámbito del arte nacional.

Son cuatro años  donde ha habido cambios  en procura de  mejorar año tras año.  2018 no es la excepción; por esta razón es que las  directivas de la feria buscando la mejor manera para perdurar en el tiempo y en procura de transmitir su pasión por el arte, toman la decisión de trasladar la feria al barrio de la macarena; barrió que ha albergado y alberga el arte en sus casas y sus  calles.  Lo  que busca Art Chicó con este  cambio es fortalecerse y  aportar  a la riqueza cultural del sector.  
La macarena  no solo tiene historia en el arte, pues allí se encuentran algunas  de las mejores galerías del país si no que también maneja  una oferta gastronomía muy amplia.

Por otra parte,  la feria cuenta en la zona  con una locación propia, donde la feria espera crecer mucho más. El director de la feria, Jesús Olarte, comenta que la feria no descarta para próximas ediciones moverse por diferentes sitios de la ciudad.  Las directivas de la feria piensan que no debe haber rigidez en ese sentido. Al contrario, se le debe dar la oportunidad a todos los bogotanos para que puedan acceder desde sus propias localidades a las artes plásticas.

A mi apreciación de que ART CHICÓ se convertiría en la primera feria internacional de arte itinerante dentro de una ciudad, el señor Olarte  comenta que dentro de la visión y la misión de la feria se contempló llevar a Art Chicó a otras ciudades e incluso a otros países.

Ya resuelto el interrogante del cambio pasemos a la feria; 
llegamos  al Calle 27 # 4 A – 33 en la Zona M donde una casona de fachada rosa con  blanco nos da la bienvenida. En la entrada lo primero que se percibe es el fondo y  la altura del espacio donde  se proyecta.  Del lado izquierdo de la construcción un mezzanine. En la parte baja subiendo una pequeña rampa me encuentro de frente con una mujer alta de  bronce que como detenida en el tiempo mira hacia arriba invitando a participar de lo que podría estar pensado o añorando. La pieza pertenece a Ciliana Villegas , escultora que llega a la feria  representada por “Atelier 105 Robespierre de Francia”. Continuando con el recorrido y tomando la decisión de ir en zig zag   miramos al lado izquierdo, me encuentro con la obra del artista venezolano  Mateo Manaure, quien cuenta con más de 25 obras en toda la ciudad de Caracas. Además del mural más largo de sur américa (Uracoa) y 5 obras patrimonio de la humanidad. El llega  representado por “Devia Gallery, Venezuela.  Luego doy el salto a la  galería “Martinoni & Martinoni” de Suiza que me deja conocer el colorido trabajo de Tila Rubini (Juanita Rubio Matiz) una artista bogotana que reside en Suiza. Decido seguir en línea recta para llegar a “Península Fine Art” de Costa Rica que nos presenta obras de Botero, Ana Mercedes Hoyos, Roda, Ramirez Villamizar y Obregón entre otros. Continuando con “DK Gallery”, Japón quien presenta a Fernando de Szyszlos, Negret, y Obregón. Luego nos encontramos con el espacio de “Destination Montreal”, Canadá que presenta la obra de Valdivo – Jose Vicente Martin –, Alfonso  Beleño y  el colectivo Voler,  me percato de la obra de Heriberto Nieves que llega a la feria de la mano de “UPCR Gallery”, Puerto Rico. En la misma área encontramos  una muestra de fotografía de la fundación Leo Matiz de México y el artista invitado por la feria: Sol Mateo. Luego llegaría el momento del suplicio: subir al mezzanine y no es por el vértigo si no por el problema de rodilla que tengo. Sin embargo, subí para encontrarme con las galerías restantes de la feria y  obras  que hacen parte de una subasta  en formatos que se efectuó el día sábado.   
En mi opinión, el cambio  de lugar de la feria le da un nuevo aire;  al trasladarse al oriente de la ciudad se establece una especie de re inicio permanente, como si se aferrara al significado de su nombre ancestral. La palabra "chicó" viene de la palabra de origen muisca chicú que en español significa "nuestro aliado". El nombre proviene de la quebrada del Chicú que nace en los cerros Orientales. Aunque los muiscas no veían al agua como una deidad, significaba el inicio de la vida, de toda la relación con el vientre de la madre y su simbología de permanencia

Esto fue  por este año mi  recorrido por la feria donde la cuestión no es cantidad si no calidad; solo resta reconocer los esfuerzos que no solo Art Chicó, si no todas las ferias de arte emergentes  que hacen parte de la semana del arte en la ciudad de Bogotá.

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