Hoy visité las cuatro salas del claustro de San Agustín en donde se encuentra la muestra ‘El testigo’,
una exposición del fotógrafo colombiano Jesús Abad Colorado.
En dicha muestra pueden apreciar más
de 500 fotografías del conflicto armado
del país desde 1992 hasta 2018. Son cuatro salas, con distintos
temas:
La primera, es ‘Tierra Callada’,
donde se ven fotografías sobre el
desplazamiento.
La segunda se llama ‘No hay
tinieblas que la luz no venza’, que se centra en la desaparición forzada.
La tercera ‘Y aun así me
levantaré’, es sobre la violencia contra los civiles.
En la cuarta ‘Pongo mis manos en
las tuyas’, hay fotografías sobre las manifestaciones por la paz, y la des-movilización.
Mi recorrido: Al llegar al claustro me encuentro con que la muestra del primer piso esta cerrada por un evento. Me dirijo al segundo piso y frente a la mirada lánguida de la escultura del General Santander preparo mi cámara y repaso mi plan de desplazamiento por las
salas.
Sobre la muestra no sabía nada porque no quería saber nada hasta visitarla. La exhibición me dejó fuera de base; después de realizar mis tres disparos con la cámara, me detuve, les quiero confesar que muchas veces por el afán de estar pendiente de cómo realizar las notas para el blog y el tener que visitar varios lugares el mismo día, me olvido de observar detenidamente las exposiciones.
Pero hoy fue lo contrario, rodeado por un silencio sepulcral e inusual, recorrí la muestra; previo a cada disparo de mi cámara tenía una contemplación como en cámara lenta. Al igual que yo los otros visitantes tenían la misma actitud, como si estuviéramos visitando un panteón. Las personas que medio sostenían algún tipo de dialogo lo realizaban en voz baja, casi en susurro. Las fotografías son muy dicientes, muestran de manera tan cruda lo ocurrido que no hay palabras describir tanto dolor, desazón e impotencia.
Así mismo, comencé a observar el comportamiento de los visitantes. Junto a mi paso una familia, abuela, papá, mamá y supongo que la hija mayor, ellos comenzaron el recorrido minutos después de mi pero de un momento a otro la abuela dejo la primera sala porque no quería ver más. Estaba visiblemente tocada por el tema; la acompañaron a salir pero luego los otros tres miembros de la familia se abrazaban al paso de cada fotografía relacionada con el desplazamiento. En la cara de la mamá se veía tristeza guardada. Otras personas solo movían su cabeza como en negación de lo que estaban viendo.
Fotografías de la exposición " EL TESTIGO" Fotos: Tito Aillón
Sobre la muestra no sabía nada porque no quería saber nada hasta visitarla. La exhibición me dejó fuera de base; después de realizar mis tres disparos con la cámara, me detuve, les quiero confesar que muchas veces por el afán de estar pendiente de cómo realizar las notas para el blog y el tener que visitar varios lugares el mismo día, me olvido de observar detenidamente las exposiciones.
Pero hoy fue lo contrario, rodeado por un silencio sepulcral e inusual, recorrí la muestra; previo a cada disparo de mi cámara tenía una contemplación como en cámara lenta. Al igual que yo los otros visitantes tenían la misma actitud, como si estuviéramos visitando un panteón. Las personas que medio sostenían algún tipo de dialogo lo realizaban en voz baja, casi en susurro. Las fotografías son muy dicientes, muestran de manera tan cruda lo ocurrido que no hay palabras describir tanto dolor, desazón e impotencia.
Así mismo, comencé a observar el comportamiento de los visitantes. Junto a mi paso una familia, abuela, papá, mamá y supongo que la hija mayor, ellos comenzaron el recorrido minutos después de mi pero de un momento a otro la abuela dejo la primera sala porque no quería ver más. Estaba visiblemente tocada por el tema; la acompañaron a salir pero luego los otros tres miembros de la familia se abrazaban al paso de cada fotografía relacionada con el desplazamiento. En la cara de la mamá se veía tristeza guardada. Otras personas solo movían su cabeza como en negación de lo que estaban viendo.
Fotografías de la exposición " EL TESTIGO" Fotos: Tito Aillón
Texto que acompaña la fotografía:
"Esas mismas personas que vi caminar
valientemente por montañas y quebradas, ahora están doblegadas por el
dolor".
Texto que acompaña la fotografía: "En Villa del Rosario, Norte de Santander, encontré un árbol con una
inscripción de las AUC, en sus alrededores, había ropa y zapatos de campesinos
a los que los paramilitares acusándolos de guerrilleros, torturaban
y desmembraban. Sus cuerpos eran luego incinerados para desaparecer
cualquier evidencia, en un horno crematorio a pocos metros".
Horno Crematorio
Juan Frio, Villa Del Rosario, Norte De
Santander, Marzo De 2011
Bloque Catatumbo de la AUC |
Desde 1986 la guerrilla del ELN ha
dinamitado oleoductos y todavía continúa con esta acción criminal que
destruye bosques y contamina ríos.
Texto que acompaña la fotografía: "Sucedió en el nordeste antioqueño,
por enésima vez, la guerrilla del ELN dinamitó el oleoducto Caño Limón-
Coveñas y por una hora el petróleo estuvo fluyendo, bajó la montaña y
llego al rió. Todo se llenó de gases y vino la explosión que consumió el bosque y parte
del pueblo. La gente busco el rió pero estaba convertido en fuego".
Texto que acompaña la fotografía:
"A los que decían que eran colaboradores
de la guerrilla los paras les echaban perros pitbull o jaguares para generar
terror. Macaco, quien era un comandante paramilitar
del bajo Cauca antioqueño, sur de Bolívar y Putumayo, Tenía un león en Caucasia
al que llamaban Nene".
Texto que acompaña la fotografía:
"Una mujer embera nos dijo que huían no solo por el miedo a los enfrentamientos, si no a los actos de terror que llegaban a cometer los grupos armados".
A Camila le
matan a sus padres y hermanos en el 2005,
en San José
de Apartadó, Santiago tenía 26 y Natalia 5 años
|
El bote "El Encanto" lleva los cuerpos de las víctimas de la
iglesia de Bellavista, Bojayá, Choco, mayo 7 del 2002.
|
Movilización de Tropas del Ejercito,Juradó Choco, diciembre 1999 |
Exhumación de cuerpo,Yolombó, Antioquia 1999
Encuentro entre dos hermanos.
|
Puerto amor, inspección del placer,
Valle del Guamuez, Putumayo
|
Bocas del Rio Opogadó, Bojayá, Choco. 2004
Nueva Venecia, Ciénaga, Magdalena. noviembre 2004 |
Texto que acompaña la fotografía:
"Cuando llegamos
a Nueva Venecia,la gente nos dijo:
“¿catorce
pescadores?” son treinta y nueve los muertos.
Ahí estaba todavía
la sangre y la ropa afuera de la iglesia.
El resto de
asesinados fueron encontrados a lo largo de la ciénaga. Habían pasado dos días de
la matanza. Botes cargados con familias, perros y algunos enseres salían de
estos pueblos palafiticos".
Texto que acompaña la fotografía:
"La mujer del sombreo de paja y su hijos
iban a embarcarse en un avión DC3 junto a otros sobrevivientes de la matanza.
No podían llevar sino un pequeño maletín de ropa. La niña se acercó y le pregunto al
funcionario de la cruz Roja internacional: “¿usted me deja llevar la pollita? Es
que es un regalo” El hombre, con lágrimas en los ojos, le dijo: “llévala”".
Represa de Urrá, Gallo, Tierralta, Córdoba. Febrero 2017
Hoy muchos excombatientes de la guerrilla tienen miedo y desconfianza frente a una sociedad que los ha recibido con tanta hostilidad.
Estefania llega con su hijo Emanuelle
Instalación "Nómadas" Miler Lagos, 2014 |
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