ARTBO 2011 …UNA FERIA PARA EL ARTE DE SER FAMILIA

por: Tito Aillon

fotos Tito Aillón

 Aprovechando la convergencia de eventos, al recibir este año una invitación especial para nuestras hijas menores, pudimos unir nuestras obligaciones laborales con el placer de pasar un día completo en la compañía de nuestras cuatro hijas.

Lo primero que hicimos fue satisfacer la creatividad de nuestras dos hijas más pequeñas entrando a disfrutar de una sesión de arte en la que no solo ellas si no también nosotros tuvimos oportunidad de dar rienda suelta a muestra imaginación y sensibilidad de artistas.

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Este año el pabellón infantil de ARTBO ofrece oportunidades lúdicas que incentivan la capacidad de asombro de todos los niños…incluido el niño interior que algunos nos empeñamos en opacar viviendo las angustias de lo urgente cada día.
Nuestras hijas pintaron, exhibieron su obra en los muros de la gran galería infantil, experimentaron con los sonidos del bombo y además interactuaron con las propuestas que encontraron en el pabellón infantil.

fotos Tito Aillón

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Después de casi cuatro horas de aprendizaje compartido descubrimos que podíamos divertirnos con la simplicidad que nos ofrece el arte para interactuar con nuestro mundo real sin necesidad de grandes esfuerzos o sacrificios.

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De allí pasamos al mundo de los adultos en el pabellón 17. Por ser la primera vez que las niñas asistían a un evento de tal magnitud adolecían de la prevención que mata la capacidad de asombro innata en cada ser humano. Así las cosas iniciamos el recorrido galería por galería.
A medida que caminábamos por el gran corredor las diferentes propuestas irradiaban una energía que atraía o permitía pasar casi que de largo por las exhibiciones. Muchas de las propuestas incentivaban el intercambio de opiniones y emociones que generaba tal o cual obra. Para una familia citadina encontrar cosas que generen sensaciones es algo poco común. Sin embargo, eso fue lo que sucedió con aquellas obras realizadas a partir de cosas cotidianas que ya sea por uso o por observación participan en el día a día de los niños. Los colores, los dulces, los libros, y en especial los cuchillos, trabajados bajo el cincel de los artistas llamaron especialmente la atención de nuestras novatas críticas de arte.
Disfrutamos efectivamente de cada exhibición. Reímos, opinamos y hasta lloramos en la jornada de arte que pudimos experimentar en este día en familia. Para nosotros de 6 a cuarenta y tantos el montaje y la propuesta de este año fue no solo acertada si no también asertiva al poder acercar positivamente – en la mayoría de casos – el arte a la familia.